La III Guerra Carlina: La redempció de Morella (VI)

Divendres, 24 de novembre de 2023

La fortuna dels carlins anava canviant de sentit poc a poc. La República, a part d’afrontar els seus propis problemes (insurrecció cantonal, insurrecció de Cuba, descomposició interna política), estava centrada a la guerra del Nord (sempre igual), abandonant el Maestrazgo a la seua sort. Gràcies a això, el període 1872-1874 els carlins podrien prosperar. Però el 1875 marcaria el tomb definitiu de la guerra al nostre territori.

Els diaris madrilenys són clars en aquesta qüestió, quan parlen de la mancança de forces a Morella. En el cas de La Discusión, del 14 d’abril de 1874, arribaria a justificar fins i tot, i a desitjar, la mancança de tropes, «Varias veces hemos hecho presente la necesidad de aumentar las fuerzas militares de este distrito para combatir con energía el carlismo, pero hemos de ser parcos en pedir refuerzos cuando la necesidad de socorrer a Bilbao obliga a enviar las tropas disponibles al Norte. Con las pocas que en esta capitanía general existen no es posible perseguir a los facciosos del Maestrazgo, y estos, que lo recorrían hasta ahora impunemente, comienzan a fortificarse en él. Polo, que pudiéramos llamar el cabecilla de la alta montaña, de donde nunca ha querido salir, ha mandado construir tres fuertes, uno en San Cristobal de Sarañana, otro en Cintorres y el tercero en el castillo de la Tolodella. En ellos tiene guarnición para replegarse en el caso frecuente que los Voluntarios de Morella hagan alguna correría. El martes santo salieron estos Voluntarios, marchando directamente al Forcall, donde capturaron dos o tres carlistas, y de allí por Ortell y Chiva regresaron a Morella, sin ser incomodados más que por unos cuantos tiros que les dispararon desde el fuerte de Sarañana». No crec que conegueren massa la zona, ja que és impossible que, des de Saranyana, pogueren disparar a algú entre Forcall i Ortells, si no és que els carlins foren capturats a les seues immediacions, aspecte en el que estem a fosques. Tal com reflecteix la notícia, la guerra s’estava decidint al Nord, i d’això era conscient tothom. Ací, utilitzant un símil mèdic, el pacient (Comarca o Maestrazgo) estava malalt, amb febre, malestar general, i potser inclús sense poder eixir del llit, però no hi havia risc per a la seua vida.

El cap carlí Polo, Ignacio Polo Guardiola, que ha eixit més d’una vegada per les notícies i documents, era un dels més coneguts, junt amb altres com Marco de Bello, Pascual Cucala, Vallés, etc. Natural de Cinctorres, seria tot un corcó per als liberals de la Comarca. Un dels majors èxits del Voluntaris d’Antolí seria la seua captura el 16 de novembre de 1874, tal com comenta Estanislao de Kostka, «En la noche del 16 de Noviembre, unos 40 voluntarios movilizados, al mando de su Capitán D. Manuel Antolí y Royo, salieron de Morella y se dirigieron a Cinctorres en busca de algunos carlistas que se creía debían pernoctar en aquel punto. No estaban en aquella población los defensores de D. Carlos, pero Antolí supo confidencialmente que el cabecilla Polo con 25 hombres pernoctaba en la masía de Clara, situada entre Portell y Castellfort. Tomaron el camino de aquella casa de campo caminando, con las mayores precauciones, por un terreno escabroso que podía ofrecerles a cada momento una emboscada por estar muy frecuentado de carlistas. Serían las dos de la madrugada cuando llegaron a la masía, y el capitán Antolí dispuso que el sargento Figols con 20 hombres se situase en una altura inmediata para proteger en caso necesario la retirada, mientras él con el resto de la fuerza cercaba la guarida de los facciosos y llamaba resuéltamente a la puerta. Los carlistas, que estaban acostados en el patio y la cocina, creyendo sin duda un compañero que esperaban, mandaron al dueño de la casa que abriese. Así lo hizo éste y el capitán Antolí seguido de algunos voluntarios se precipitó dentro, revolver en mano, e intimó la rendición. Mudos de sorpresa y de asombro y suponiendo que fuera había mucha más fuerza, los carlistas no se atrevieron a resistirse y se dejaron atar y conducir a Morella. Los prisioneros que eran en número de 25 y el cabecilla, antiguo capitán de las huestes de Cabrera y organizador y jefe del 8º batallón del Maestrazgo que operó siempre por las montañas de Morella. Además cayeron en poder de los voluntarios armas, municiones, cuatro caballos y 20.000 reales en metálico». Salvador Gaspar ens aporta els noms d’alguns dels presoners: Ignacio Polo Guardiola, Agustín Ulldemolins Sales, Luís Fábrega Monterde, Ramón Navarro Mir, Domingo Polo, Joaquín Fábrega Cruz, Mateo Centella (Centelles?) Tena, Mateo Ferrer Gascó, Manuel Caballer Dalviana, José Barreda Sorribes, Bienvenido Mitallé Tena, Joaquín Artola Gasulla, Joaquín José María, Lorenzo Balaguer Mas, Vicente Moliner Pons, Victor Escuder Fígols, Vicente Guardiola Pitarch, Germán Monfort Puig, Carlos Cestón Alcón, Antonio Peñarroya Sorribes, Rafael Porcar Artola, Francisco Solerbo Solsona, José Fábrega Moles i Gabriel Barrera (Barreda?) Vives. A Polo se li condemnaria a mort, però finalment seria commutada per presó.

La incapacitat carlina quedava amb el temps en evidència. Cert és que seria capaç de bloquejar Morella quatre vegades, com ja sabeu, però poc podien fer quan hi havia una força professional liberal pel territori, com va passar el 29 d’octubre de 1874, i comandada pel brigadier Eulogio Despujol que, amb greu inferioritat de forces, va poder salvar els seus homes d’una emboscada carlina a les immediacions de Vilafranca. O aquesta acció dels Voluntaris i Contraguerrilla, que ens interessa més, segons part del 28 de març de 1875, a la mateixa Vilafranca. Aquest poble, segons Gil i Velilla, «Ha sido el más rebelde […], negándose constantemente a pagar las cantidades que […] adeuda al Estado». El to general de l’escrit és semblant al de Villacampa, en el sentit que veia enemics a tot arreu, però potser per donar massa excuses ell mateixa cau en la trampa, quan afirma, «cuando a los rebeldes les facilita la referida Villafranca cuantos recursos exigen, sin repugnancia de ninguna clase, obedeciéndoles en todo y por todo, bajo el pretexto de que son amenazados y cohibidos por ellos, los concejales y mayores contribuyentes de aquella población». Home, Velilla, que la gent no és suïcida, que tot això de la pàtria i tal és molt bonico, però quan la teua vida i la dels familiars està en perill…

Així, com Hisenda és sagrada, organitzarien una operació digna de comandos de pel·lícula de la Segona Guerra Mundial per infiltrar-se a Vilafranca i agafar les perres i a qui fera falta. Però allò principal, les perres, eh? Què s’havien pensat eixos evasors d’impostos carlins? «Así las cosas […] no podían continuar sin menoscabo y desdoro de la autoridad militar de esta Plaza, y aprovechando la noticia de saber que Dorregaray estaba muy tranquilo en Benasal dispuse que ayer noche salieran los voluntarios y contraguerrilla, y tomando las precauciones que creí más convenientes, cayeron a las cuatro de la mañana una sección de movilizados y el Alférez Fígols en el referido Villafranca con objeto de capturar a la Junta Carlista y el Segundo Teniente de Alcalde, a fin de tener rehenes para que cubrieran la deuda con el Tesoro. Todo se verificó […] con la exactitud y precisión que estaba calculado, dando por resultado este magnífico golpe la prisión de D. Alfonso Navarro y Valiente, titulado Coronel y Gobernador del Maestrazgo, del Comandante de Armas de Castellfort Ambrosio Celma; del Teniente de Caballería D. Antonio Rodriguez y Sobrino y de los individuos carlistas Alejandro Fortanete Guimerá y Joaquin Escuder Guimerá, trayéndome de rehenes a D. Elías Centelles, Vicepresidente de la Junta Carlista, Mosen Manuel Ferrer, Cura Párroco y a D. Miguel Izquierdo, con cuyas personas creo tener bastante garantía para que el Tesoro se reintegre de los atrasos que por diferentes conceptos debe Villafranca. Los cinco prisioneros Carlistas han ingresado en el Depósito Provisional de esta Plaza y los tres vecinos de Villafranca estan detenidos en el local destinado para estos casos en las cárceles nacionales». Velilla, al final del part, lloa l’actuació de l’alferes, Ramón Fígols (morellà o cinctorrà?). No se si li donarien alguna medalla.

Entre el 6 i 7 de maig de 1875, Manuel Plasencia Varea substituiria a Gil i Vellila al capdavant de la governació morellana. És en aquesta època quan tots els esforços carlins se’n van a pastar fang, encara que la degradació, com hem anat veient, ja havia començat molt abans. El diari La Época, del 19 de juny del mateix any, ens informa de l’ambient optimista dels liberals a Morella, «dicen que desde el momento en que los carlistas han dado la orden de levantar el bloqueo de dicha plaza, es mucha la animación que reina en la misma, realizándose gran número de transacciones comerciales, pues durante el bloqueo han estado paralizados todos los negocios: pero los habitantes de Morella creen que la suspensión del bloqueo no ha de durar mucho tiempo, importándoles muy poco el que esto suceda, pues en la plaza no faltan comestibles, porque las familias liberales cuentan con existencias para una gran temporada. Diariamente realiza la guarnición salidas a los pueblos vecinos, lo que basta para que los carlistas no se presenten a la vista de la plaza. El gobernador a dado orden a los voluntarios movilizados de que, al tocar silencio, estén todos en el cuartel con el equipo, por si ocurre alguna novedad». Els carlins no havien tingut més remei que alçar el bloqueig, ja que necessitaven concentrar tot allò que tenien per enfrontar-se a les forces del general Jovellar que estava decidit a prendre Cantavella.

Sobre el governador militar Plasencia, dóna la circumstància que a la primera Guerra Carlina va estar a les ordres de Oráa i Pardiñas. Dic això perquè hi ha una notícia curiosa sobre algunes disposicions d’aquest home, segons publicava La Época, el 24 de maig, «También Las Provincias, ya mencionadas, dice sobre el bloqueo que los carlistas tienen puesto a Morella, que el bizarro coronel Sr. Plasencia, gobernador militar de la plaza de Morella, ha dispuesto colocar banderolas negras, en señal de guerra a muerte al carlismo, en los puntos avanzados situados en el Carraixet, Peguesa, Peñas de Bonet y del Puig; asimismo la bandera del Macho (plaza más alta del castillo), que hasta ahora tenía los colores nacionales, ha sido sustituida por otra de grandes dimensiones, negra y con una calavera blanca en el fondo. Esta bandera se divisa desde los montes próximos a Cantavieja, y la calavera se distingue claramente desde media hora de Morella». Plasencia recordava, gravat a foc en la seua memòria, la terrible bandera negra de Cabrera onejant al Castell, quan ell i els companys intentaven arribar a la bretxa de la muralla, aquell també terrible agost de 1838. Ara, se prenia la revenja.

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